Hacerse mayor no solo implica colocar y renovar el rollo de papel higiénico, tener tarjeta de crédito, rellenar el depósito de gasolina por completo y volver a comer con 1º y 2º plato; no, parece ser que también lleva implícito el poner reclamaciones en el ayuntamiento y escribir a los periódicos, perseguir a Telefónica para recibir un buen servicio de una vez por todas e incluso quejarme de que los taxistas invadan mi carril y hablar de que la gente no se echa a la derecha en la autopista. Bueno, estos comentarios sobre el tráfico rodado no sé si deben a la edad o a los genes.
En definitiva, que noto cambios en mi persona y esta vez no son en mi cuerpo sino en mi comportamiento.
Para muestra pueden ver el artículo que escribí al periódico digital local.
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